«Un último baile»
Estrésame en tu sortilegio
de luces de esmeralda y caoba,
¡excítame en tus aguas!,
¡sorpréndeme en tu fuego!,
encuentra mis desmayos en tus vientos.
Corrígeme los ojos,
que se pierden en falsas maravillas,
¡desnúdame la boca!,
¡conquístame las manos!,
devuélveme a tu seno, hermana, Vida.
Enraizaremos en neonatos torbellinos
de pureza que traerán consigo el vino
de nuestros ojos.
Y sonreiremos a la muerte y al olvido
a lomos del silencio que es el grito
de nuestras oraciones.
Hazel Messiatz (07/04/2013)