«Combate con los muertos»
Su sonrojo arrebola los perfiles del miedo
y sonríen ocasos de dientes afilados,
se dibujan las hachas de verdugos clarísimos
y en el sueño del viento se adivina tu canto.
Coronar tu figura con dedos que supuran
la savia que el invierno lentamente congela
es como un pecado que viene a ser menos
cuando el sol en tus ojos se adivina furioso.
Las lágrimas bañarán mis horizontes
en tumbas de cristal y terciopelo
que rodarán sin dios por tus abismos.
Y en el susurro de una voz dorada
veré tu figura tambalearse
y caer con ruido sordo entre mis brazos.
Hazel Messiatz (17/08/2012)