«Sacrificio»
Aráñame
las almas con el verde
y
alúmbrame esta noche con tu canto,
deslízame
en el pecho el incensario
de tu
boca en susurro tempestuoso.
Asómbrame
—tal vez— con tu gregario
vaivén de
solitud adolescente
y tiembla
en los albores de tus muertes,
sonríe a
la locura y el desorden.
Encuéntrate
en los pozos tenebrosos
que
ahogan en sus ondas los exvotos
de tus
sueños;
y
viértete en un crimen impensable,
¡reitérate!,
furiosa, en mi carne
sudorosa.
Hazel
Messiatz (14/11/2012)